Hace mucho tiempo alguien me dijo que una de las primeras palabras que aprende a decir un bebé (después de papá y/o mamá) es "mío"... es curioso como el sentimiento de propiedad florece temprano en el ser humano. Muchas veces ese sentimiento de propiedad conduce a la "necesidad" de acumular bienes y riqueza, es lo que llamamos codicia.
Y es curioso, el sentimiento de propiedad no se detiene en aquello que nos regalan o que compramos, ocurre que empezamos a sentirnos propietarios de aquello que usamos habitualmente, si la empresa nos "cede" un auto para nuestro trabajo pasamos a creernos propietarios de ese auto, renunciar al mismo más tarde es como perder algo que de verdad es de nuestra posesión... y ocurre que a veces nos sentimos propietarios de las personas, como si el compartir mucho tiempo con una persona nos convierta automáticamente en su dueño, como si el haber enseñado algo a alguien nos convierta en su propietario.
Soy un "geek" (pirado por las nuevas tecnologías y la informática), hasta el punto que aprendí a programar de forma autodidacta, leyendo unos pocos libros y "escacharrando" ordenadores y componentes electrónicos... y un día ví un discurso de Eduard Punset contestando a la entonces ministra de Cultura Ángeles González Sinde, ante una nueva ley que trataba de regular internet... os transcribo aquí sus palabras:
"Las redes sociales son importantísimas, y en esto ministra déjame que te diga un presentimiento que ahora tengo, que es fantástico que tengáis ganas de mirar en profundidad este tema, es un tema que va a crecer de una manera "implicada", por citar sólo un ejemplo hoy en Europa la publicidad digital representa ya un 40% del total, en España, desgraciadamente sólo representa el 12%, cuál es la tentación que podéis tener... estas ansias de impulsarla creará en algunos de vosotros la tentación de controlarlo, y hemos controlado o intentado controlar primero a las mujeres hasta que nos dimos cuenta que no eran propiedad nuestra, luego los hijos, el otro día en la rambla paré a una persona que estaba abofeteando y dando patadas a su hijo y le dije ¡Oye, no es tuyo!, no le trates así, y es verdad que no es suyo, y nos pasa lo mismo con los animales, yo espero que no nos pase lo mismo con internet...muchísimas gracias por vuestra atención"
Y hace poco encontré este bello poema de Khalil Gibran (filósofo libanés) que ahondó todavía más en esta percepción de que no somos propietarios, ni siquiera, de nuestros hijos... ¿Cómo íbamos a serlo entonces de nuestros empleados o jugadores?
Tus hijos no son tus hijos,
son hijos e hijas de la vida,
deseosa de sí misma.
No vienen de ti,
sino a través de ti,
y aunque estén contigo,
no te pertenecen.
Puedes darles tu amor,
pero no tus pensamientos,
pues ellos tienen sus propios pensamientos.
Puedes abrigar sus cuerpos,
pero no sus almas,
porque ellos
viven en la casa del mañana,
que no puedes visitar,
ni siquiera en sueños.
Puedes esforzarte en ser como ellos,
pero no procures hacerles semejantes a ti,
porque la vida no retrocede ni se detiene en el ayer.
Tú eres el arco del cual tus hijos,
como flechas vivas,
son lanzados.
Deja que la inclinación,
en tu mano de arquero,
sea para la felicidad.
Lo que sí que es MÍO es el placer de compartir experiencias con vosotros!!!
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